¿Has escuchado alguna vez sobre la técnica del salpicado? Es una técnica de decoración poco común, divertida y original, que consiste en crear diversas texturas sobre una misma superficie.
Para aplicar esta técnica necesitas cepillos de diferente grosor, pueden ser de dientes, de ropa, de uñas o brochas.
Toma el cepillo de tu preferencia y humedécelo con un poco de agua, retira el excedente con papel y cárgalo de pintura. Salpica con un cartón o con tu dedo pulgar un poco sobre alguna superficie y si los resultados te convencen puedes replicar el proceso sobre tu pared.
Para óptimos resultados comienza salpicando desde el suelo hacia arriba y a diferentes distancias de la pared, ya que mientras más te acercas también aumenta el tamaño de las salpicaduras.
Toma en cuenta:
- La consistencia de la pintura debe ser intermedia para el efecto deseado.
- Antes de aplicar el salpicado la superficie debe tener una capa de pintura base.
- Cubre las zonas que no vas a pintar para evitar las manchas.
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