Pintar la pared puede verse como un trabajo sencillo; sin embargo, existen ciertas acciones que te pueden complicar la tarea, o peor aún, dañar la superficie. Para evitar estos inconvenientes te mostramos los errores más comunes y cómo solventarlos.
Al decidir pintar una habitación esperas que el resultado final sea perfecto. Pero en esta tarea pueden surgir pequeños errores o faltas de previsión, sobre todo por falta de experiencia; la buena noticia es que generalmente son fáciles de evitar.
Pintar sobre una pared con problemas de humedad: El moho, el salitre o la pintura desprendida pueden arruinar por completo el resultado final. Para ello debemos tratar la superficie, una vez reparada podemos proceder a pintar con normalidad.
Pintar sobre una pared sucia: La cocina es uno de los lugares donde la pared se ensucia más, siendo la grasa o el aceite son los principales protagonistas.
Para limpiar paredes con pinturas satinadas o de brillo se debe utilizar una esponja suave, jabón neutro y agua tibia; frotar con movimientos circulares y aclarar con un paño limpio. En cambio si es de acabado mate, se tiene que repetir el proceso varias veces, ya que será más complicado de eliminar.
Pintar en temperaturas extremas: Aunque estemos pintando en el interior del hogar, debemos tomar en cuenta el clima. El frío puede provocar que la pintura se seque demasiado lento, mientras que el calor acelera el secado produciendo un riesgo de aparición de burbujas o desprendimiento de la pintura.
Pintar sin sellar las paredes: Después de limpiar las paredes debemos aplicar un sellador para que mejore la adherencia de la pintura y mejore su rendimiento. Para ello se tiene que aplicar una mano de Sellacril y dejar secar.
Pintar sin reparar las grietas o fisuras: Las imperfecciones muy pequeñas se ocultan fácilmente con la pintura. Sin embargo, aquellas que tienen un grosor de 1mm debe ser reparadas con Condor Estuco Interiores. Aplica 2 o 3 manos, dependiendo de la superficie, deja secar, lija -si es necesario- y luego aplica la pintura.
Pintar con rodillos o brochas de mala calidad: Los rodillos de pelo corto están diseñados para superficies porosas, mientras que los de espuma funcionan mejor en paredes lisas. Si quieres conseguir un resultado más prolijo utiliza rodillo y brochas Condor.
Pintar sin dejar secar completamente: Para lograr un acabado perfecto es necesario dejar secar la primera capa, según lo recomendado en las instrucciones. Al no hacerlo conseguirás que la pintura se desprenda prematuramente.
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